Después de tantos años asesorando a mis clientas sobre qué es lo mejor para su piel, reconozco la importancia de brindar una información de calidad y sobre todo útil sobre los productos y sus correctos usos dado que ponerse cualquier cosa en nuestra piel puede ser hasta peligroso si no se hace de la forma correcta. Y especialmente cuando se trata de retinol, un ingrediente revolucionario en la dermatología cosmética.
Antes de nada veamos qué es el retinol y para qué sirve. El retinol es un derivado de la vitamina A, ampliamente conocido por sus beneficios antienvejecimiento, la mejora de la textura de la piel y la capacidad para tratar el acné.
Pero cuidado. Si no se usa de forma adecuada, puede provocar lo que muchos llaman el efecto rebote del retinol. Es decir, puede causar irritación, sequedad y sensibilidad a la luz solar. Por eso es vital tener siempre a mano una guía de cómo utilizar el retinol de forma correcta y evitar errores que podrían dañar tu bolsillo, y sobre todo tu piel.
El retinol estimula la renovación celular y la producción de colágeno, lo que resulta en una piel más suave, firme y joven. Y aunque su efectividad está ampliamente demostrada, hay que saber que es muy potente y puede provocar serios problemas. Por tanto, debe ser introducido de forma gradual en cualquier rutina y así minimizar cualquier reacción adversa.
Uno de los beneficios más destacados del retinol es su capacidad para acelerar el proceso de renovación celular de la piel. Esto significa que ayuda a eliminar las células muertas de la superficie de la piel, promoviendo el crecimiento de nuevas células. Como resultado, la piel luce más joven, más suave y más brillante.
A su vez, el retinol puede mejorar significativamente la textura de la piel, haciéndola más suave y uniforme. También trabaja para disminuir la apariencia de poros dilatados, lo que contribuye a una tez más refinada y menos propensa a brotes de acné.
Quizás su virtud más conocida es la de estimular la producción de colágeno y elastina, dos proteínas esenciales para la elasticidad y firmeza de la piel, el retinol puede reducir la aparición de líneas finas y arrugas, ofreciendo un aspecto más juvenil.
El uso de retinol también puede ayudar a atenuar las manchas oscuras y la hiperpigmentación, incluidas las que resultan de la exposición al sol y las cicatrices del acné. Al acelerar el recambio celular, el retinol ayuda a disminuir la apariencia de estas manchas, resultando en un tono de piel más uniforme y radiante.
Aunque el retinol no sustituye a un protector solar, su capacidad para reparar el daño celular lo convierte en un aliado importante en la lucha contra el envejecimiento prematuro causado por el sol. Ayuda a fortalecer la barrera de la piel, lo que puede minimizar el impacto futuro de la exposición UV.
Con el uso constante, el retinol puede mejorar la función de la barrera cutánea, aumentando su capacidad para retener la humedad. Esto es crucial para mantener la piel hidratada, elástica y resistente a irritantes externos.
A pesar de todas sus bondades, hay que tener en cuenta también otros detalles que a continuación trataré de explicar.
Uno de los errores más frecuentes al usar retinol es comenzar con una concentración demasiado alta o aplicarlo con demasiada frecuencia. Recomiendo empezar con un producto que contenga una baja concentración de retinol (0.25% o 0.5%) y aplicarlo una o dos veces por semana, permitiendo que la piel se acostumbre. Se puede aumentar la frecuencia de uso a medida que su piel se adapta, pero esto debe hacerse con cautela y bajo la supervisión de un especialista. Recuerda que cualquier error tu piel lo sufrirá.
Acostúmbrate a aplicar el retinol por la noche, ya que la exposición solar puede disminuir su efectividad y aumentar la sensibilidad al sol. Antes de nada recuerda limpiar tu rostro y aplicar una pequeña cantidad de producto en la piel seca, evitando el área alrededor de los ojos y los labios, que son especialmente sensibles.
Después de aplicar el retinol, espera al menos 20 minutos antes de utilizar otros productos como hidratantes o aceites, para permitir una absorción adecuada.
La hidratación es importantísima para al usar retinol. Puede causar sequedad y descamación, por lo que es fundamental aplicar un buen hidratante para ayudar a mantener la barrera de la piel intacta. Además, dado que el retinol puede aumentar la sensibilidad al sol, es indispensable usar un protector solar de amplio espectro SPF 30 o superior cada mañana, incluso en días nublados o en invierno.
No desesperes. Los beneficios del retinol, como la reducción de líneas finas, la mejora de la textura de la piel y el tratamiento del acné, pueden verse tras varias semanas o incluso meses. La paciencia y la persistencia son clave. No te desanimes si no ve resultados inmediatos.
Dado que el retinol es potente, siempre es aconsejable consultar a tu skin coach antes de comenzar a utilizarlo, especialmente si tienes la piel sensible o condiciones de la piel como eczema o rosácea.
Además, te podrá asesorar cómo incorporarlo de manera segura, adecuada en tu rutina y las mejores cremas con retinol
Si experimentas irritación, enrojecimiento o descamación, es importantísimo ajustar el uso del retinol. Si ocurre, tendrás que disminuir la frecuencia de aplicación, cambiar a un producto con una concentración más baja de retinol, o suspender su uso temporalmente para permitir que la piel se recupere.
Para acabar recuerda que el retinol es un ingrediente muy potente y con múltiples beneficios para tu piel, pero su uso incorrecto puede provocar justo todo lo contrario y todo lo que queremos evitar. Sobre todo cuando estamos hablando de usar el retinol en nuestra cara, una zona demasiado sensible como para no saber lo que se hace. Comenzar con una concentración baja, aumentar la frecuencia de uso gradualmente, hidratar adecuadamente, proteger la piel del sol y tener paciencia son solo algunos consejos para empezar a utilizar este producto.
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